Hotel pedrouzo camino santiago
Desglosando Hotel pedrouzo camino santiago
Hace siglos que la vieira que se encuentra típicamente en la costa del mar de Galicia, es el símbolo del Camino de Santiago, y de sus peregrinos. En el pasado los peregrinos, al regreso a sus países de origen, lo llevaban puesto encima de su habito o en el sombrero.
El río Miño espera a las puertas del territorio gallego a los peregrinos que vienen desde Portugal. A lo largo de siglos la principal opción era desviarse cara el interior dirección a Tui, pero siguiendo el recorrido por la costa al llegar a tierras gallegas se puede hacer de una forma diferente.
Una senda trazada sobre la carretera y con vistas al pueblo de Lumbier nos lleva a bajar rápidamente por la ladera de la montaña. Prosigue guiándonos entre un pequeño pinar, a cuya salida abrimos un portillo para entrar en una pista. Más adelante, pasado un paso canadiense en la zona del barranco Basobar.
La pista se abre paso por un terreno abierto, sembrado de campos de cereal, vides y olivos desperdigados y bajo el parque eólico de la sierra de Salajones. Sin fuertes repechos, mas en constante ascenso, se avanza durante 6 quilómetros hasta el alto de Aibar, que coronamos tras un túnel.
Gracias a las conchas de bronce, estratégicamente colocadas sobre el pavimento, logramos avanzar por el entramado de calles del centro de Jaca. El recorrido deja ver la gótica torre del Reloj y la iglesia de la ciudad de Santiago, junto a ella podemos girar a mano derecha.
El Camino del Norte recorre toda la costa peninsular desde este a oeste bordeando el Cantábrico a lo largo de los primordiales municipios del norte de España. Desde Gijón se presenta la resolución clave de la peregrinación, ya que hay dos opciones diferentes para seleccionar.
De las frondosas laderas del monte Samitier se desciende a un mar de cereal atravesado por pistas agrícolas y que convive junto a un paisaje de badlands y acantilado formados por la erosión del agua. El trayecto descarta el paso por la localidad de Martes y, ya en la provincia de Zaragoza.
Kilómetro y medio después cruzamos el puente de la Magdalena sobre el río Arga. A la salida, a mano izquierda, se encuentra el desvío hacia el albergue Casa Paderborn. El Camino continúa a la derecha cara un paso regulado por semáforos. Seguimos por el foso de las murallas, específicamente al lado del Baluarte de Nuestra Señora de Guadalupe.
Descendemos con brusquedad y pasamos detrás del hotel Aragón y la histórica venta de Esculabolsas , vieja posada de paseantes y mercaderes. Tras salvar un regato de agua andamos unos metros campo a través y cruzamos la carretera A-mil seiscientos tres que sube a Santa Cruz de la Serós.
Tras un día de montaña carente de núcleos habitados, la segunda etapa promete un guion diferente. Hasta Espinal, pasando ya antes por Burguete, el perfil es plano y alterna tramos frondosos con extensos prados. A continuación salta a escena el val de Erro haciendo gala de sus hayedos y robledales.
Recuperada la dirección natural hacia poniente, se abandona Jaca bajo la atenta mirada de la peña Oroel y se prosigue por una cabañera aprisionada entre la N-240 y el río Aragón. Tras el barranco de Atarés, solucionado por una pasarela.
El Camino Vasco del interior es una ruta enriquecedora por su patrimonio y lugares dignos de conocer. Para cruzar la gigantesca pared que se halla en el camino entre Guipúzcoa y Álava, se aprovecha el túnel de San adrián, un pasadizo natural.
En lo alto del pueblo se halla la iglesia de la Transfiguración, que aún conserva elementos medievales como la torre, la portada y la pila bautismal. Pasamos junto al hotel rural y después de un portillo y un tramo de grava llegamos hasta una carretera local, que cruzamos.
El Camino Francés es el mejor señalado, salvando la picaresca de algún hostelero que procura llevar al peregrino a la puerta de su establecimiento, provocando así pequeños desvíos de la senda oficial, es el que cuenta con mayor red de albergues públicos.