Hotel restaurante camino de santiago burgos
Desglosando Hotel restaurante camino de santiago burgos
El principal motivo para hacer el Camino de Santiago era por un motivo religioso. Pero existen un sinfín de motivos por los que realizarlo, diferentes de los religiosos. Algunos de ellos pueden ser por motivos culturales o de turismo, etc.
De las frondosas laderas del monte Samitier se desciende a un mar de cereal surcado por pistas agrícolas y que convive al lado de un paisaje de badlands y acantilado formados por la erosión del agua. El trayecto descarta el paso por la localidad de Martes y, ya en la provincia de Zaragoza.
El Camino de Santiago lleva a un mirador sobre la Canal de Berdún y desciende hasta Santa Cilia. Alguna cabañera más y el arcén de la nacional conducen a Puente la Reina de Jaca, localidad que se deja a mano derecha para acometer una esforzada subida por las faldas del monte Samitier y lograr Arrés.
A la entrada de la localidad, una placa jacobea apunta las opciones hacia Rocaforte y cara el Alto de Aibar. Escogemos esta última y proseguimos por la derecha para coger una pista que pasa junto a la fuente de San Francisco, donde también se ha habilitado una zona de recreo con merendero y varias barbacoas.
Atravesamos la población por la calle Mayor Hotel restaurante camino de santiago burgos y al rato, a la altura de un taller mecánico, se vira a la derecha para cruzar un paso de peatones junto a Viveros Arvena. Tras el cruce, atentos a la señalización jacobea del pavimento, proseguimos unos metros hacia la derecha y doblamos a la izquierda cara un camino.
Por un pequeño bosque de coníferas bajamos hasta una pista agrícola que conduce a Izco, entrando así en el val de Ibargoiti. A las puertas de Izco nos recibe un crucero moderno y un panel informativo del val y sus poblaciones. La señalización lleva hasta la plaza.
¿Por qué seleccionar el Camino Sanabrés? El punto de partida de este trazado es el ayuntamiento zamorano de Granja de la Moreruela, lugar escogido por la Orden del Císter para erigir su primer monasterio de la península ibérica. A este sitio se le conocía como Santiago de Moruela.
Pasados veinte minutos se sale nuevamente a la nacional a la altura de la Botiguera para cruzar el río Gas y llegar al lado de la caseta del Municionero. Un poste de madera del GR seiscientos cincuenta y tres indica el desvío cara Atarés y San Juan de la Peña.
Sin cruzarlo, dejamos esta localidad de servicios a mano derecha y seguimos rectos por una carretera local en dirección a Arrés, dejando a la izquierda la carretera A-132 que se dirige a Huesca. Más adelante, un poste de madera balizado con la indicación Hotel restaurante camino de santiago burgos.
La cruz de la ciudad de Santiago es una cruz latina simulando una espada, con forma de flor de lis en la empuñadura y en los brazos. La tarta de Santiago es el postre más propio de la repostería gallega. Está elaborado con harina, azúcar, huevos, almendras molidas, ralladura de limón y azúcar glasé.
El Camino Portugués se trata de un camino diferente, no encontramos mesetas, alturas difíciles ni marcados desequilibres, pero sí vamos a poder disfrutar de bosques y cruceros milenarios que ocultan bajo sus mantos los cantares de los viejos trovadores.
A la entrada Hotel restaurante camino de santiago burgos de esta población se halla el Horno de Irotz. Dejamos de lado la iglesia de San Pedro seguimos por pista hasta el puente de Iturgaiz, de origen románico y rehabilitado el pasado siglo. Justo al salir brota a mano izquierda un sendero estrecho que va entre el rio a nuestra izquierda y la nacional a nuestra derecha.
Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el camino de la ciudad de Santiago se transformó en la más importante senda de peregrinación de la Europa medieval. El paso de los incontables peregrinos que son movidos por su fe.
Después de un breve encuentro con el bosque salimos a una pista y giramos a la izquierda para salvar el cauce del río proveniente de la Canal Roya. A continuación abrimos un portillo de madera y retomamos la ruta. Un kilómetro más adelante, un puente de madera deja cruzar las aguas del acantilado de Izas.