Hostal camino de santiago
Desglosando Hostal camino de santiago
Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el camino de Santiago se convirtió en la más esencial senda de peregrinación de la Europa medieval. El paso de los incontables peregrinos que son movidos por su fe.
Desde el albergue Itzandegia salimos a la N-135 para tomar una ruta que nace junto al arcén derecho y que discurre por el bosque de Sorginaritzaga o robledal de Brujas. Pasados cien metros puede verse del otro lado de la carretera la cruz de los Peregrinos.
Una ruta trazada sobre la carretera y con vistas al pueblo de Lumbier nos lleva a bajar de forma rápida por la ladera de la montaña. Continúa guiándonos entre un pequeño pinar, a cuya salida abrimos un portillo para entrar en una pista. Más adelante, pasado un paso canadiense en la zona del barranco Basobar.
Si deseas escoger una opción fantástica para descubrir las verdaderas raíces de la peregrinación opta por el Camino Primitivo, partiendo desde Oviedo y atravesando el Principado asturiano por occidente para acceder a Galicia por la provincia de Lugo Hostal camino de santiago.
Dejamos Santa Cilia por una cabañera y ciertas rodadas pegadas a la nacional tras las que conseguimos restar dos kilómetros y medio más al total de la etapa. Llegando al punto larguísimo 300, cruzamos la N-doscientos cuarenta y dejamos el camping Pirineos a mano derecha.
La cruz de Santiago es una cruz latina simulando una espada, con forma de flor de lis en la empuñadura y en los brazos. La tarta de Santiago es el postre más típico de la pastelería gallega. Está elaborado con harina, azúcar, huevos, almendras molidas, ralladura de limón y azúcar tafetán.
Junto a ella podemos girar a mano derecha por la calle del Coso y más adelante a la izquierda por la Bajada de Baños. Llegamos así a la rotonda donde se encuentra la gasolinera para tomar la N-doscientos cuarenta hacia Pamplona Hostal camino de santiago.
Junto al puente se encuentra el bar y el albergue La Parada de Zuriain, que se inaugurará en dos mil catorce. Salimos a la N-135 y seguimos de manera cuidadosa unas rodadas al lado del arcén. Cogemos el desvío de Ilurdotz y volvemos a cruzar el Arga para dirigimos hasta Irotz.
La presencia de ciertos búnker de hormigón y el desafiante panorama de nuestra derecha, con varias moles pirenaicas alzándose sobre el campamento de Rioseta, facilitan la travesía hasta toparnos con la chimenea de la fundería del Anglasé.
El Camino Francés es el mejor señalado, salvando la picaresca de algún hostelero que intenta llevar al peregrino a la puerta de su establecimiento, provocando así pequeños desvíos de la senda oficial, es el que cuenta con mayor red de cobijes públicos.
Giramos a la izquierda para ganar una pequeña loma y tomamos un desvío a mano derecha que nos planta nuevamente en otra pista de concentración. Traspasado el límite entre las provincias de Huesca y la entrante Zaragoza, accedemos al acantilado de Sobresechos.
Bajamos así hasta el puente del río Ultzama y la ermita de la Trinidad de Arre, que aún luce su ábside románico. OJO, A la salida de Irotz existe una variante señalizada que va por un paseo fluvial mas que no pasa ni por Zabaldika, con su iglesia y su albergue, ni por el puente de Trinidad de Arre.
La pista se abre paso por un terreno abierto, sembrado de campos de cereal, parras y olivos desperdigados y bajo el parque eólico de la sierra de Salajones. Sin fuertes repechos, pero en continuo ascenso, se avanza durante 6 kilómetros hasta el alto de Aibar, que coronamos tras un túnel.
El Camino de Invierno es un camino solitario y propicio para el que busque evadirse del planeta terrenal, se trata de una vía que une el Bierzo con la capital gallega por el val del río Sil. Puede suponer una senda ignota para muchos.